Introducción

Se estima que hay más de 10 millones de emigrantes de América del Sur viviendo fuera de la región, cifra que sería mucho mayor si se sumará a los migrantes de segunda y tercera generación, esto puede dar una idea de la magnitud de la diáspora suramericana. El aporte de las comunidades transnacionales de emigrantes y diásporas es más importante que nunca para la región, considerando que varios de los países de América del Sur, ya estaban enfrentando condiciones socioeconómicas complejas antes de la pandemia de COVID-19 la cual está profundizando la situación de pobreza, desigualdad y precariedad en los países. Comunidades transnacionales de emigrantes y diásporas, incluyendo segundas y terceras generaciones, contribuyen al desarrollo sostenible de a sus países y localidades de origen de una variedad de formas canalizando capital humano, social, cultural, y económico de manera presencial o de remoto. Apoyan proyectos sociales, el desarrollo de empresas del sector privado, la generación y diseminación de conocimiento y tecnología, y cuidan a sus familiares asegurando su acceso a servicios de salud y educación entre muchas otras iniciativas. Pero la eficacidad y el impacto de todos estos esfuerzos deben en a que nivel los marcos políticos, legislativos, y regulatorios los permiten y faciliten.

Como está reconocido dentro del objetivo 19 del Pacto Mundial sobre Migración los estados deben “empoderar a los migrantes y las diásporas para catalizar sus contribuciones al desarrollo y aprovechar los beneficios de la migración como fuente de desarrollo sostenible” lo que también apunta al cumplimiento del compromiso establecido bajo la meta 10.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de “facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables.” El rol de las diásporas como agentes de desarrollo sostenible para sus países y comunidades de origen es crítico en la coyuntura planteada por la pandemia y sus efectos económicos, sociales, humanos, sanitarios entre otros y la necesidad de una recuperación inclusiva y para crear una nueva América del Sur más resiliente y prospera que antes. 

Objetivo

El objetivo principal del evento es estimular dialogo regional sobre la contribución de comunidades transnacionales de migrantes y diáspora al desarrollo sostenible y cómo los estados de América del Sur pueden potenciar la misma mediante de políticas y programas nacionales y la cooperación internacional. En particular, el evento presentará una iniciativa regional de la OIM para apoyar unos países del continente empoderar sus diásporas y se lanzará su primera actividad qué es un diagnóstico regional para entender el estatus actual de la participación de diáspora en el desarrollo sostenible de la región.