Por Kazeem Ojoye

Imagen: La ejecutiva de AYEESSI con el Hon. Comisario del Estado de Oyo para el desarrollo de la juventud durante un programa de sensibilización sobre el COVID-19

“Diáspora” es un término utilizado para referirse a la población emigrada en el exterior y la nueva generación nacida en el extranjero que puede tener la ciudadanía de su país de residencia. Con frecuencia constituyen una comunidad de individuos en otros países, dispersos entre varias naciones, que mantienen un vínculo con su país de origen. Siempre han contribuido al desarrollo de sus países de origen, ya sea a través del sector privado o el público. Realizan su aportación a través de remesas, inversiones directas, inventos y contribuciones filantrópicas, entre otros.

Según las estimaciones de la División de Población de Naciones Unidas, en 2020 había 281 millones de personas residentes fuera de su país de origen, lo que representa el 3,6% de la población mundial. Por su parte, las remesas enviadas a países de ingresos bajos y medios alcanzaron los 554.000 millones de dólares en 2019. Se ha estimado que las remesas a estos países se recuperarán y ascenderán hasta los 470.000 millones de dólares en 2021 después de la caída a 445.000 millones en 2020.

Las remesas suponen un salvavidas crucial y tienen un impacto inmenso sobre las economías en el país de origen, ya que se emplean para ayudar a que las familias puedan adquirir buenos alimentos, acceder a la atención sanitaria, abrir pequeñas y medianas empresas y cubrir sus necesidades básicas. Las remesas han sido especialmente útiles para mitigar el impacto socioeconómico de la pandemia.

Con el paso del tiempo, la tecnología y las plataformas virtuales se han venido empleando para obtener información sobre el país receptor y conectar con otros inmigrantes. También contribuyen a la transmisión de ideas (remesas sociales) cuando los migrantes se implican en el activismo social o político para divulgar conocimientos sobre su país de origen en el receptor y recaudar fondos para apoyar a las comunidades en su país de origen.

La tecnología ha facilitado la globalización. Los inmigrantes se conectan entre sí para decidir cómo pueden ser útiles para sus países de origen, especialmente en casos de urgencia. Esta participación no sería posible si no hubiese una forma para conectar a los migrantes alrededor del mundo. Con la llegada de la tecnología, el nivel de participación de las diásporas ha aumentado. Herramientas como accesorios móviles, blogs, apps para realizar teleconferencias y redes sociales facilitan la participación transnacional para mantener un sentimiento de identidad nacional y fomentar las relaciones.

En Nigeria, se utilizaron los blogs durante la pandemia como una herramienta para publicar artículos y compartir información relevante, manteniendo así a las personas informadas sobre lo que estaba pasando a escala global y el avance en el control de los contagios. Apps para teleconferencias como Zoom, Google Meet, Skype y otras similares se emplearon para organizar seminarios y formar a la gente, y las redes sociales se utilizaron como un medio para divulgar información y aumentar la participación.

Como parte de su aportación filantrópica, las diásporas respondieron a la pandemia de COVID-19 enviando alimentos, organizando seminarios de sensibilización sobre higiene básica para limitar el contagio del virus, proporcionando ayuda humanitaria, pagando cursos online a los estudiantes universitarios y apoyando programas educativos emitidos por televisión, emisoras de radio y algunas plataformas sociales en los que se enseña materias fundamentales a los estudiantes para garantizar que seguían aprendiendo aún lejos de las escuelas (véase la imagen 2).

En un intento por involucrarse y ayudar al movimiento de la diáspora nigeriana, African Youth Enlightenment Empowerment and Self-Sustainability Initiative (AYEESSI, “Iniciativa por la ilustración, el empoderamiento y la autonomía de la juventud africana”), una asociación internacional que se dedica especialmente a la formación y el empoderamiento de los jóvenes, realizó su aportación y respondió a la pandemia colaborando con el gobierno del estado de Oyo, Nigeria. Contribuyeron a la concienciación pública y a la distribución de artículos de ayuda y gel hidroalcohólico entre los residentes del estado de Oyo para crear una mayor sensibilización sobre el virus y proporcionar los materiales necesarios para frenar los contagios en el estado y en el país en su conjunto (véase la imagen 1). Además, la organización creó un programa llamado “Reconociendo el Talento Auténtico” (ART), una exhibición que expone a los jóvenes nigerianos a formaciones diferentes, desde la inteligencia artificial hasta el pensamiento de diseño, para desarrollar las competencias tecnológicas de los jóvenes. Los participantes también mejoraron sus habilidades en materia de relaciones interpersonales y comunicación, entre otros ámbitos.

Beneficiarios del programa de sensibilización sobre el COVID-19 organizado por el gobierno del Estado de Oyo, en colaboración con AYEESSI

Kazeem Ojoye

Kazeem Ojoye, fundador de la African Youth Enlightenment Empowerment and Self-Sustainability Initiative (AYEESSI), nació en Nigeria pero se marchó a Alemania a principios de los años 90, donde cursó la educación secundaria y universitaria. Su pasión por la acción solidaria y por formar y empoderar al mayor número de jóvenes nigerianos posible le hizo fundar AYEESSI. Ha sido Secretario Financiero de la Organización de la Diáspora Nigeriana en Alemania (NIDOG) durante dos mandatos, y es desde 2020 su presidente, radicado en Bavaria, Alemania.

Este artículo forma parte del número "Empoderar a las diásporas globales en la era digital", una colaboración entre Routed Magazine e iDiaspora. Las opiniones expresadas en esta publicación son las de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) o de Routed Magazine.