Se estima que hay más de 10 millones de emigrantes de América del Sur que viven fuera de la región, cifra que no incluye a los migrantes de segunda y tercera generación. La evidencia de la importancia de la diáspora de los países de la región se puede encontrar en el hecho de que los seis países participes, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Paraguay, y Perú, en esta propuesta tienen instituciones a nivel ministerial o sub-ministerial responsables de la vinculación de sus diásporas y cuatro de ellos tienen políticas que abordan el tema. El aporte de las diásporas es más importante que nunca para la región, considerando que varios de los países de América del Sur, ya estaban enfrentando condiciones socioeconómicas complejas antes de la pandemia de COVID-19 la cual está profundizando la situación de pobreza, desigualdad y precariedad en los países.
En línea con la Estrategia de la OIM sobre Migración y Desarrollo Sostenible bajo este proyecto, “la OIM utilizará el capital económico y social de los migrantes con miras a un desarrollo de base amplio.”
Específicamente, el objetivo del proyecto será contribuir al empoderamiento de las diásporas suramericanas como actores del desarrollo sostenible de la región.
Concretamente, el proyecto prevé dos resultados principales:
- los gobiernos y otros actores de los países participantes comparten lecciones aprendidas y buenas prácticas en relación con la participación de las diásporas; y
- hombres y mujeres de las diásporas de los países priorizados participan activamente en la generación de oportunidades para contribuir al bienestar de las comunidades en la región.
En general, el proyecto prevé la implementación de estudios nacionales y uno regional, intercambios regionales y globales, capacitación de oficiales y facilitación de iniciativas concretas implementadas por hombres y mujeres de la diáspora.