La Conferencia Ministerial sobre la Diáspora, celebrada el 18 y 19 de junio de 2013, constituye un hito en la historia del debate mundial sobre la migración y el desarrollo. En medio de los numerosos eventos internacionales que condujeron al Segundo Diálogo de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre la migración internacional y el desarrollo, celebrado en octubre de 2013, la Conferencia sobre la Diáspora es la primera y única reunión mundial de políticos de alto nivel, encargados de la diáspora y de su participación en el desarrollo de sus países de origen. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dedicó su Diálogo Internacional sobre la Migración en 2013 al tema de la diáspora, con el pleno apoyo de sus Estados Miembros y con miras a aportar la perspectiva de las diásporas al Diálogo de Alto Nivel de 2013 y a la Agenda para el Desarrollo después de 2015. La OIM estaba bien posicionada para organizar dicho diálogo de alto nivel, al haber ayudado a los Estados a establecer las instituciones y formular las estrategias necesarias para poder adaptarse a las nuevas realidades de un mundo transnacional.
La Conferencia subrayó la importancia que revisten las diásporas, no sólo al colmar la brecha entre sociedades, culturas y economías, sino también al prestar asistencia en situaciones de crisis y consecutivas a las mismas. Además, alentó a los gobiernos a abogar por las diásporas, a promover la participación de estas últimas en las más altas esferas políticas, y a propiciar su integración tanto en los mercados laborales a escala local, nacional y regional, como en la planificación para el desarrollo. Puso de relieve asimismo la necesidad de incluir a las diásporas en cualquier objetivo de desarrollo posterior a 2015 relacionado con las alianzas mundiales, y de fortalecer las embajadas y consulados con el fin de que establezcan contacto y presten asistencia y servicios a las comunidades de la diáspora. Adicionalmente, señaló que los entornos empresariales en los países de origen debían ser suficientemente robustos como para atraer las inversiones de la diáspora o fomentar la participación de las mismas en proyectos de desarrollo sostenible, en aras de generar empleo y crecimiento. Por otra parte, destacó la necesidad de recopilar datos más exhaustivos sobre las repercusiones, a nivel nacional, de la inmigración, el mercado laboral y las políticas de desarrollo en el comportamiento de las diásporas.
La Conferencia ha establecido, sin lugar a dudas, un nuevo marco para el diálogo mundial sobre la diáspora. Por tanto, se ha solicitado a la OIM que haga de la Conferencia Ministerial sobre la Diáspora un evento regular.